Según Wikipedia, la
procrastinación, es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones
que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y
agradables.
Estoy casi segura, que el
resto de los mortales que viven en este mundo han aplicado la procrastinación,
como método para flojear un rato.
Lo más triste, es que
tenemos con que defendernos, nos justificamos diciendo que “hoy no es un buen
día”, “estoy cansado”, “no estoy inspirado”, “ya es tarde”, y dos mil quinientos
pretextos que solo dan paso a que seguimos en las mismas.
Para que nos hacemos, si ya
somos, hablo por mí y ejemplo más claro fueron estas dos semanas de vacaciones,
las tareas y actividades a realizar se fueron postergando, hasta el día de
regresar de nuevo a clases.
Cuando tienes algo que
hacer, todo parece más atractivo, todo es un distractor constante, que no te
permite concentrarte.
Es un terrible hábito que no
nos lleva a nada, bueno sí a la frustración…
a la frustración de tener que hace todo con mayor rapidez, por haber
dejado todo para el último día.
La gente se escuda con el “trabajo
mejor bajo presión”, pero sabemos que no es verdad, lo que sucede es que no te
queda más tiempo, y tienes que hacer las cosas, porque no te queda de otra.
Hay que ponerse las pilas y
dejarse de panchos, no hay mejor satisfacción que el tener las cosas en tiempo
y forma, y mejor aún, demostrarse a sí mismo, lo que es capaz de hacer.
0 comentarios:
Publicar un comentario